Stephenson, George (1781-1848). Ingeniero e inventor británico, pionero del ferrocarril y artífice de la Segunda Revolución Industrial. Natural de Wylam (Inglaterra), era hijo de un humilde fogonero de una máquina de vapor empleada en una mina carbonífera. Entre 1798 y 1814, trabajó en varias localidades mineras de Inglaterra y Escocia, principalmente como mecánico y operario de maquinaria, pero también de zapatero y relojero. Hasta los 18 años, Stephenson no aprendió a leer y escribir. Preocupado por las explosiones en las minas (su padre quedó ciego a causa de una), en 1815 inventó una lámpara de seguridad, capaz de arder e iluminar sin causar explosión del temible gas grisú. No obstante, fue acusado de plagio por el químico Humphry Davy (1778-1829), quien aquel mismo año había presentado otro tipo de lámpara ante la Royal Society de Londres. La polémica no se zanjó hasta 1833, cuando el Parlamento garantizó el derecho de autoría de Stephenson, cuya invención, conocida como “Geordie”, fue muy popular durante el siglo XIX entre los mineros del Nordeste de Inglaterra, hasta el punto que los nativos de aquella zona eran conocidos con el apelativo de la lámpara.
En cualquier caso, la fama de Stephenson provino de la locomotora y del ferrocarril. A principios del siglo XIX, los primeros proyectos ferroviarios estuvieron relacionados con el transporte de materiales y obreros en las minas (habitualmente a cargo de tiro animal) o con la pura atracción circense. Tales fueron los casos (británicos todos) de las locomotoras “Coalbrokdale” (1802), “Penydarren” (1804) o “Catch me who can” (1808), inventadas por Richard Trevithick (1771-1833), la “Salamanca” (1812) de Matthew Murray (1765-1826) y John Blenkinsop (1783-1831) o la “Puffing Billy” (1813) de William Hedley (1779-1843). Sin embargo, estos prototipos adolecieron de una operatividad muy restringida (costoso mantenimiento en relación a la fuerza animal, poca resistencia de los raíles ante el peso de las locomotoras, peligrosidad de las calderas tendentes a explotar).
En 1814, Stephenson construyó para la mina Killingworth su primera locomotora: la “Blücher” (en honor a un general prusiano). Tenía cuatro ruedas con reborde en forma de pestaña para adaptarse mejor a la vía, un sistema de transmisión mediante un engranaje de espuela, además de llevar la chimenea incorporada sobre la caja de humos, pudiendo transportar 30 toneladas de carbón a 6,4 km/h. Hasta 1826, construyó para dicha mina un total de 16 locomotoras, alguna de las cuales estaba funcionando aún en la década de 1880. En 1816, asociado con el químico e industrial William Losh (1770-1861), registraba un sistema de raíles hechos en hierro colado y conectados mediante juntas de media vuelta (patente inglesa nº 4067). Además de esta patente, Stephenson registró otras cuatro (todas relacionadas con el ferrocarril): un sistema de engranaje conector del cilindro a las ruedas (patente nº 3387 de 1815) junto al ingeniero Ralph Dodd (1782-1822), ingenios a vapor (nº 4662 de 1822), un procedimiento de construcción de ruedas para carruajes ferroviarios (nº 6111 de 1831) y una locomotora (nº 11086 de 1846). En 1819, construía una línea férrea para conectar instalaciones mineras entre Hetton y Sunderland (13 km), la primera en prescindir completamente de la tracción animal.
Entre 1821 y 1825, realizó la línea Stockton-Darlington (40 km), para lo cual creó en 1823 la empresa Robert Stephenson & Company, con los apoyos de su hijo Robert (1803-1859), el comerciante textil y propietario de la línea Edward Pease (1767-1858), el metalúrgico Michael Longridge (1785-1858) y el ingeniero James Kennedy (1797-1886). El 17 de setiembre de 1825 partía de Darlington el primer tren regular de mercancías y pasajeros, compuesto de 33 vagones (para 80 toneladas de carbón y harina y 600 pasajeros) e impulsado por la locomotora “Locomotion” (a una velocidad máxima de 39 km/h), invirtiendo dos horas en el trayecto. El convoy, conducido por George Stephenson, marchó sobre una vía (diseñada por él mismo) de un ancho de 1435 mm (estandarizado casi universalmente desde entonces). Asimismo, el propio Stephenson diseñó para la ocasión el primer puente ferroviario en hierro (sobre el río Gaunless), así como un carruaje específico de pasajeros que no llegó a ponerse en práctica debido a su incomodidad.
Con todo, la fama mundial le llegó en 1829 gracias a la competición de locomotoras promovida por la empresa constructora del ferrocarril entre Liverpool y Manchester, del que Stephenson era ingeniero desde 1826. Además de obtener un premio de 500 libras, la máquina ganadora sería la elegida para realizar el trayecto. Entre las condiciones del concurso se estipulaba que la locomotora debía arrastrar el triple de su peso a una velocidad de 16 km/h y no producir humo. Compitieron en Rainhill cinco ingenios y resultó victoriosa la “Rocket” de Stephenson. De cuatro toneladas, podía alcanzar los 45 km/h de máxima e incorporaba la caldera multitubular inventada ese mismo año por el ingeniero francés Marc Seguin (1786-1875) y una tobera de inyección de aire para avivar el tiro de la caldera. La locomotora arrastró 20 toneladas a velocidades entre 22 y 30 km/h. La línea fue inaugurada el 15 de setiembre de 1830 y tomaron parte cuatro trenes impulsados por otras tantas locomotoras construidas por Stephenson (Northumbrian, Phoenix, North Star y Rocket), quien asimismo había diseñado el original puente oblicuo (construido en piedra). Al evento asistieron los más altos dignatarios del país, aunque el acontecimiento se vió perturbado por el primer accidente mortal de la historia ferroviaria (un diputado atropellado por la Rocket), además de por un par de colisiones de las máquinas.
A partir de entonces, Stephenson y su empresa emprendieron la construcción de numerosas líneas en Gran Bretaña, abasteciéndolas de locomotoras, e igualmente a los primeros ferrocarriles continentales (Bélgica, Holanda, Francia, Alemania, Italia y España). Para todo ello, en 1838, se asoció con el financiero George Hudson (1800-1871). Retirado en 1845 al medio rural, sus últimos años los pasó experimentando en temas agropecuarios (abonos, piensos, sistemas de cría avícola). En 1847, fue nombrado primer presidente de la Institución de Ingenieros Mecánicos (con sede en Birmingham). Un año después, en Chesterfield (Inglaterra), George Stephenson fallecía de pleuresía cuando contaba 67 años.
Autor y editor: Luis Fernando Blázquez Morales