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García Sáez, Cosme

Submarino
Submarino
Submarino
Submarino
Escopeta
Escopeta
Patente francesa
Patente francesa
Sellos
Sellos
Detalle Escopeta
Detalle Escopeta
Plano de Le Plongeur
Plano de Le Plongeur

García Sáez, Cosme (1818-1874). Impresor e Inventor español nacido en Logroño en 1818, Cosme García fue en su juventud un aprendiz artesano, lutier de guitarras y grabador de metales. Formó parte de la Milicia Nacional hasta 1843 donde había ingresado voluntariamente en el Batallón de tiradores de Logroño como corneta, pasando a soldado distinguido como granadero. A partir de 1854 residió en Madrid y trabajó como regente en la Imprenta Nacional y luego de impresor en un periódico satírico de signo conservador.

En 1856, junto a dos socios capitalistas, registró tres inventos en el Conservatorio de Artes y Oficios. El primero, una escopeta denominada “Relámpago” (priv. nº 1.432), desestimada posteriormente por el ejército a causa de su peligrosidad. El segundo, una máquina tipográfica sin cintas (priv. nº 1433), de vida más exitosa al editarse con ella la primera gramática de griego en la España del XIX. Esta máquina contaba con un tintero, un cilindro y varios rodillos que distribuían la tinta sobre la platina donde estaban las letras. Y, por último, también relacionado con las artes gráficas, una máquina para toda clase de timbres en tinta (priv. nº 1.434). Ésta última adquirió gran notoriedad, ya que fue empleada en la administración postal española para fechar las cartas, siendo el propio inventor el encargado de instruir sobre su manejo. El invento llamado fechador 1857 o Tipo II, permitía marcar, la fecha de expedición y, la de llegada. El cuño de acero dejaba una impronta formada por dos círculos concéntricos de 19,5 y 11 milímetros de diámetro en cuyo centro aparecía la fecha (día y tres primeras letras del mes, dos últimas cifras del año) mientras en la parte de arriba el nombre del pueblo y en la inferior la capital de provincia respectiva. El capital conseguido por la contrata y venta de aproximadamente 600 máquinas fechadoras, y el mantenimiento de las mismas entre 1857 y 1861, sirvió a Cosme García para proseguir su carrera de inventor. El buen rendimiento de la imprenta le proporcionó un auténtico capital (45.000 duros) con el que abordar su proyecto más ambicioso: el submarino en el que invertiría, y perdería, esta fortuna. Es precisamente en 1857, al desplazarse a la Administración principal de Correos de Barcelona, donde tuvo su primer encuentro con el mar y comienza a perseguir la idea de navegar bajo las aguas.

Entre 1858 y 1859 los prototipos de Cosme García, uno de ellos de nombre de Garcibuzo, fueron materializados por la empresa Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona y probados en el puerto. En 1859 patentaba su obra maestra: un aparato-buzo para la navegación submarina (priv. nº 1.923), de diseño modernísimo y con las novedades de estar construido en hierro y disponer de unos timones de profundidad a proa que permitían su estabilidad en inmersión. El artefacto de no más de 3 metros de eslora, 1,60 metros de puntal y 1,50 de manga contaba con dos bombas que al llenarse de agua y hacer de lastres, facilitaban la inmersión y contaba con varias escotillas por las que poder ver. Tras los experimentos con los dos prototipos en Barcelona, es en 1860 cuando el submarino de Cosme García era presentado en el puerto de Alicante ante autoridades españolas y extranjeras, y esta vez de modo muy satisfactorio al estar sumergido durante 45 minutos, tripulándolo él mismo en compañía de su hijo. Este aparato de chapa de hierro contaba con una torreta y un casco de líneas mucho más aerodinámicas y de mayores dimensiones que el primer prototipo: 5,9 metros de eslora, 2,3 metros de puntal y 1,75 de manga, con hélice de tres palas conectada a un timón tradicional. Al estar concebido para navegar no sólo en profundidades sino en la superficie, disponía además de dos timones de buceo con los que poder facilitar la inmersión y emersión, de un aparejo para poder navegar a vela plegable.

Tras este éxito, optó por construir otro modelo, esta vez de cobre, para presentarlo en la Corte ante Isabel II, quien, aún reconociendo la proeza del invento, desestimó financiar la empresa. Los motivos fueron de diversa índole, desde los acuciantes gastos derivados de la guerra en el continente africano, a la ceguera de ciertos políticos ante el progreso y a la competencia que supuso el submarino de Monturiol (1819-1885) que gozó de un mayor reconocimiento que el de García. De hecho, Cosme se disputó la autoría como primer inventor del submarino con Monturiol ya que este último realizó también los ensayos del barco-pez (Ictíneo I y II) en fechas próximas. Sin embargo, García Sáez construye varios prototipos entre 1858 y 1859, y éstos son anteriores al primero botado por Monturiol el 28 de mayo de 1859.

Al no recibir apoyo por parte del gobierno español, García Sáez se dirigió entonces al país vecino. Los franceses también estaban tratando de realizar avances en este terreno. De hecho, se construirá un prototipo, Le Plongeur, éste propulsado con aire comprimido e ideado por el almirante Bourgois (1815-1887) y el ingeniero Brun (1821-1897) quienes realizaron numerosos ensayos entre 1859 y 1867 todos con resultados nefastos. En 1861 el inventor español ofreció al gobierno francés su aparato-buzo, con grandes expectativas ya que también lo patentó en territorio galo, pagando los considerables derechos por quince años de explotación. Lamentablemente, sin éxito aquí también. Paradojas del destino, el sumergible de Cosme García acabó olvidado en el fondo del puerto de Alicante donde uno de sus hijos acabó hundiéndolo por no poder afrontar el pago de los derechos de amarre.

A pesar del varapalo que supuso para sus finanzas esta falta de apoyo institucional no cejó en su actividad inventora. Cosme había diseñado también un cañón de retrocarga para que por las escotillas del submarino se pudiese disparar, y reconvertir en arma de guerra a su aparato-buzo. Sin duda, sus últimos inventos, patentados en 1862 y 1863 están estrechamente relacionados con este cañón: dos sistemas de armas portátiles con retrocarga (privs. nº 2.410 y nº 2.683) que contaban con un cartucho metálico con fulminante, de los que se llegaron a fabricar unas quinientas armas en la fábrica de Oviedo. El inventor llegó a solicitar la patente para este tipo de armas en Francia el 21 de febrero de 1862, pero también en otros países: Suecia, Noruega, Estados Unidos e Inglaterra. El revés vino en esta ocasión de un cambio en las especificaciones del fusil por parte del ejército que dio al traste con la viabilidad del proyecto.

Como sucedió a muchos ilustres inventores murió, el 23 de junio de 1874, sumido en la pobreza. El reconocimiento póstumo llegaría un siglo más tarde cuando la Armada diese su nombre a dos de sus submarinos, el A-2 de 1917, y el S-34 de 1972.


Autores: Nadia Fernández de Pinedo y Luis Blázquez

BIBLIOGRAFÍA

RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Agustín Ramón: Cosme García, un genio olvidado; Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1996. (Bibliografía e imágenes).
RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Agustín Ramón: “Precursores del Arma submarina española. La tecnología: Cosme García y Narciso Monturiol” en Historia de arma submarina española, Cuaderno monográfico número 71, Madrid: Instituto de historia y cultural naval. Jornadas de historia marítima. Editor: Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica, 2015, pp. 13-28.
IMÁGENES
SELLOS: https://www.rioja2.com/opinion-124286-cosme-garcia-1818-1874-inventor-del-submarino/
SUBMARINO: RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Agustín Ramón: Cosme García, un genio olvidado; Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1996. (Bibliografía e imágenes).

ENLACES

http://dbe.rah.es/biografias/64269/cosme-garcia-saez

https://www.correos.es/ss/Satellite/site/coleccion-1363202024743-galeria_sellos_filatelia/detalle_emision-sidioma=es_ES