Standard Eléctrica S. A. (SESA). Empresa española dedicada a la fabricación y montaje de equipos de conmutación y aparatos telefónicos, establecida en 1926 a partir de la sociedad anónima Teléfonos Bell. Ésta había sido constituida cuatro años atrás en Barcelona a iniciativa del clan Muntadas, como filial española de la división internacional de la compañía norteamericana Western Electric (WE), controlada a su vez por American Telephone & Telegraph (ATT), de Alexander G. Bell (1847-1922). En 1925, Teléfonos Bell fue adquirida por la corporación International Telephone and Telegraph (ITT), dirigida por el estadounidense Sosthenes Behn (1882-1957). ITT había formado un año antes la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) y así Teléfonos Bell se convirtió en su proveedora (en colaboración con la filial belga de ITT). En 1926, se convirtió en Standard Eléctrica y para la fecha había registrado más de un centenar de patentes en nuestro país a pesar de su corta vida. La nueva empresa fue puesta en marcha (con el apoyo de ITT) por un grupo de financieros españoles presidido por Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó (1878-1953), duque de Alba, y con Estanislao Urquijo Ussía (1872-1948), marqués de Urquijo, en calidad de segundo.

Con un capital de 30 millones de pesetas y poco más de 200 trabajadores, SESA inició sus actividades en Santander, Madrid y Barcelona, introduciendo el sistema “Rotary” de conmutación electromecánica (tipo 7-A1), inventado por Frank R. McBerty para WE (1910). En 1927, abría en la localidad de Maliaño (Cantabria) una fábrica de cableado para telefonía. A finales del año siguiente, SESA marcó un hito importante en la telefonía española al completar el cuadro de fuerzas de la central de CTNE en la Gran Vía madrileña, la central telefónica más grande de Europa en aquel entonces, con capacidad para 40000 líneas telefónicas, 150 operadoras y 100 repetidores. Con motivo de la Exposición Universal de Barcelona (1929), SESA puso en funcionamiento uno de los mayores circuitos telefónicos del mundo, conectando la Península Ibérica con Buenos Aires y Montevideo. Para 1936, había registrado casi 150 patentes que recogían algunos de los principales avances en telefonía y comunicación procedentes de los EE.UU.

Entre 1946 y 1966, se convirtió en el proveedor casi exclusivo de CTNE (por entonces ya nacionalizada). Durante ese periodo, SESA desarrolló con sus propios medios numerosas innovaciones: paso a seis cifras y sistema de alta frecuencia (1946), central automática “Rotary 7-D” (1950), cable coaxial entre Madrid y Zaragoza (1953), sistema de conmutación “Pentaconta” (1960). En 1956, SESA creó su propio laboratorio de investigación como parte de la nómina de centros de I+D de ITT, siendo pionero en España en el tráfico de redes (diseño, planificación y gestión). En 1961, estableció en Madrid la filial Compañía Internacional de Telecomunicación y Electrónica (CITESA), que en 1964 inauguraba en Málaga una fábrica de teléfonos y centralitas (con más de mil trabajadores) para el mercado nacional y para la exportación. Ese año, SESA también estrenaba en Villaverde (Madrid) un complejo industrial que llegó a proporcionar trabajo a 3000 personas. Tras expirar el contrato con CTNE, SESA siguió siendo su principal abastecedor, aunque en competencia con otros fabricantes (Marconi, Ericsson).

En 1970, tenía 15000 empleados. Un año después, establecía otra fábrica en Toledo. En esa década, sacó el sistema “Pentaconta 32” (1970), específico para el medio rural, y los primeros conmutadores telefónicos digitales como el “Pentaconta 2000” (1975), puesto en práctica en la central del barrio madrileño de Aluche, o el “Metaconta” (1979), aplicado en Valencia para llamadas internacionales. En 1981, la fábrica de Maliaño comenzó la producción de cables de fibra óptica (con destino a RENFE). En 1984, desarrolló el conmutador digital “Sistema 12”, empleado en una central de Salamanca para 12000 líneas. En 1987, SESA fue adquirida por la compañía francesa Alcatel, pasando a denominarse Alcatel Standard Eléctrica y más tarde Alcatel España (1997). A pesar de participar activamente en la renovación de las telecomunicaciones españolas, como construir la red digital de comunicaciones de la Exposición Universal de Sevilla de 1992, tres años después arrojaba unas pérdidas 60000 millones de pesetas. En 2001, la fábrica de Maliaño (cable óptico) acabó vendida al grupo francés Nexans, mientras que fueron cerradas las de Villaverde (conmutación y electrónica industrial) y Toledo (sistemas de acceso y transmisión).

Autor: Assier Ortega Murga
Editor: Luis Fernando Blázquez Morales