Museo Virtual

Ungría Castro, Agustín

Marca nº 8697
Marca nº 8697
El Fomento Industrial y Mercantil (1906)
El Fomento Industrial y Mercantil (1906)
Marca nº 15424 gestionada en 1908 por Agustín Ungría
Marca nº 15424 gestionada en 1908 por Agustín Ungría
Patente nº 35660
Patente nº 35660
Patente nº 35660
Patente nº 35660
El Fomento Industrial y Mercantil (1928)
El Fomento Industrial y Mercantil (1928)

Ungría Castro, Agustín (1847-1930). Agente de la propiedad industrial, editor y empresario español. Nació en Erla (Zaragoza), de orígenes humildísimos, ya que sus padres eran labradores, actividad que el propio Agustín realizó, así como el pastoreo. En 1868, contrajo matrimonio con  Agustina Ena Puyol, maestra en Erla que le sacó del analfabetismo. Gracias a ello, pudo emplearse primero en Zaragoza de sirviente (a la vez que en sus ratos libres estudiaba para maestro) y luego en la villa turolense de Quinto al ganar una plaza de recaudador de contribuciones, ocupando allí, además, el puesto de secretario del ayuntamiento. Después, se instaló en Segovia a cargo de una librería.

En 1877, obtuvo por oposición el puesto de interventor del Banco de España en la delegación de Tarragona. En 1887, consiguió la plaza de jefe de primera clase de Tabacalera en Barcelona, convirtiéndose un año después en editor de las revistas Rentas y Tabacos y Gaceta Hispano Americana. Tras el fallecimiento de su esposa (1888), fue destinado con idéntico escalafón a Valencia, en cuyo puerto se ocupó de combatir el contrabando. A su vez, Ungría no tardó en contraer segundas nupcias, esta vez con Visitación Gargallo Lahoz (1870-1946). Con sus dos esposas tuvo un total de veinte hijos, de los que solo ocho (cuatro en cada matrimonio) sobrevivieron la edad infantil.
 
En 1891, en la ciudad del Turia y tras abandonar la administración, Ungría fundó la agencia El Fomento Industrial y Mercantil con solo seis empleados. Domiciliada en la calle de Las Barcas y más tarde conocida como Casa Agustín Ungría, estaba dedicada a la propiedad industrial y otros trámites administrativo-económicos (archivo y legislación mercantil, cámaras de comercio, certificados de crédito, reglamentación aduanera, cobro de deudas, informes comerciales, quiebras y suspensiones de pagos o reclamaciones a compañías ferroviarias). La agencia disponía también de un semanario homónimo donde se anunciaba la publicidad de la agencia y de otras empresas y se informaba también acerca de noticias económicas y tecnológicas tanto nacionales como extranjeras. En 1896, Ungría instaló la sede central en Madrid (en la calle de la Almudena). Para entonces ya disponía de sucursales en Barcelona, Sevilla y Málaga (además de la valenciana). En 1906, la agencia contaba con más de 50 trabajadores. 

Tan solo en marcas, la agencia de Ungría (con él mismo figurando como representante) tramitó ante la administración 3396 expedientes entre los años 1894 y 1917, es decir, un 13 % de las marcas de dicho periodo y un 11 % de las totales (desde 1866). Casi todas eran de solicitantes españoles, predominando las referidas a los sectores de bebidas alcohólicas y de alimentación (conservas de pescado, aceites, dulces). Entre ellas destacan algunas muy conocidas en la actualidad como los jabones y sales de baño “La Toja” (nº 11724 de 1905) o la cerveza “Estrella de Galicia” (nº 17483 de 1910).

En 1901, Ungría ingresó en la Cámara de Comercio de Madrid, de la que llegaría ser contador (1912) y su representante en el proyecto de la Ley de Crédito Agrario (1910) y dentro del Consejo de la Propiedad Industrial y Comercial (1917). En 1903, sería el primero en solicitar la inscripción en el listado de agentes (abierto en 1907) que la administración había previsto a través del Reglamento del Registro de la Propiedad Industrial. Desde 1911, presidió el Círculo Aragonés de Madrid.  

En 1914, editó una nueva revista, El Heraldo Mercantil, pionera en España a la hora de abordar cuestiones sobre publicidad. También fue el impresor de El Mentidero (1913), semanario satírico de ideología monárquico-conservadora. Asimismo, el propio Ungría escribió varias obras de consulta: Sol, Luna y Tierra (un almanaque comercial para los años 1908 y 1909), Guía de la industria española (1910) y Tratado práctico de mecanografía (1914). No obstante, su escrito con mayor repercusión fue Los presupuestos del Estado y el clamor nacional (1910), dirigido al presidente del Consejo de Ministros (el liberal José Canalejas Méndez). En el opúsculo, Ungría criticaba la política presupuestaria del gobierno y abogaba por una reactivación económica mediante el control del gasto y la mejora de los servicios, incidiendo también en la necesidad de una regeneración moral y en la lucha contra las desigualdades, todo con el doble objetivo de que la nación recuperase la confianza hacia su gobierno y fueran contenidos los extremismos revolucionarios. 

A lo largo de su vida, Ungría recibió varias condecoraciones: Cruz de Isabel la Católica (1910), Medalla de la Corona de Italia (1924) y Medalla del Trabajo (1928). Falleció en Madrid a la edad de 83 años, víctima de un ataque de uremia.

El propio Agustín Ungría hizo uso del sistema español de propiedad industrial en cinco ocasiones, siempre en relación con la actividad burocrática de su agencia. En 1894, registró la marca de comercio (nº 4739) “El Fomento Industrial y Mercantil”, aplicable a la agencia y al periódico. De diseño clásico y alegórico, el signo distintivo muestra la figura central de una matrona (símbolo de la industria y del comercio) rodeada de diferentes objetos alusivos al conocimiento, el trabajo, el progreso, la técnica y el comercio (libros, pala y yunque, ferrocarril, barco velero, rueda dentada, mercancías, bloques de piedra, caja de caudales). Aparecen también animales como la paloma mensajera, el gallo o el caballo, al ser respectivamente iconos de las comunicaciones, la valentía y la velocidad. Igualmente, se muestra en bandajes e inscripciones información de los múltiples servicios ofrecidos por la agencia. Con todo, la marca fue desestimada en 1895 por el Negociado de Patentes, ya que el cliché adjunto con el diseño del distintivo excedía las dimensiones reglamentarias y porque en la contribución presentada por Ungría no se consignaba la preceptiva condición de fabricante o de comerciante, sino la de agente de negocios. En cualquier caso, la negativa de la administración en absoluto fue obstáculo para que la marca estuviera presente en la cabecera de la publicación o en los impresos y cartas de la agencia. En 1902, Ungría volvió a registrar la marca (nº 8697), si bien con ligeras modificaciones respecto al anterior diseño (matrona de fisonomía distinta y aspecto más moderno, cuerno de la abundancia, pedestal jónico, referencias al propietario y a las sucursales). Esta vez la marca sí fue concedida (1902) y caducó en 1927.
 
En 1904, Ungría solicitó una patente (nº 34868) para un sistema de organización de la información comercial (lo que hoy llamaríamos “bases de datos”). En la memoria descriptiva, el propio Ungría afirmaba poseer (tan solo en la central madrileña de su agencia) un archivo de 425326 informes (españoles y extranjeros). El innovador procedimiento consistía en unos “cajetines” o recuadros impresos en papel donde volcar los datos más relevantes (identidad de la persona o empresa, dedicación, lugar de residencia, domicilio). Posteriormente, los recuadros serían recortados para formar colecciones homogéneas según la actividad económica y a continuación pegados a modo de etiquetas en sobres, cartas, tarjetas o paquetes. El propósito era evitar el engorroso manejo de armarios, agilizando así la gestión de los datos. La patente fue concedida al año siguiente, pero quedó sin curso por no abonarse la primera anualidad.

Una segunda patente (nº 35660) fue solicitada poco tiempo después, en 1905, también para otro método de gestionar la información comercial, lo que demuestra la importancia que Ungría daba a la administración de los datos para la eficiencia de cualquier actividad económica. Se trataba de tres modelos de agendas comerciales. La primera y de mayor tamaño se denominaba “Cuaderno Comercial” y suponía un perfeccionamiento de la anterior patente. En él se recogía información de compradores, negociantes, comisionistas, banqueros y corresponsales. Cada hoja estaba dividida en dos columnas con distintas casillas. En las casillas de la columna izquierda se apuntaban datos como la identidad de la persona física o jurídica, la población o el domicilio, pero también sobre su estado financiero o sus cualidades gestoras, intelectuales y morales. En las casillas de la derecha, se incluía información anexa como la situación del capital suscrito o las aportaciones societarias.

La agenda de tamaño mediano se titulaba “Lista Comercial”. Cada hoja constaba de dos columnas separadas. La de la izquierda estaba encabezada por el nombre de una población e información pertinente sobre la misma (jerarquía administrativa, número de habitantes, distancia a Madrid en kilómetros, si disponía de ferrocarril, telégrafo u oficina de correos). A continuación, de arriba abajo, estaban impresos los nombres y apellidos de los comerciantes “bien conceptuados” (en el ramo de comestibles), con la referencia de su domicilio en la localidad que fuese. Por su parte, la columna de la derecha estaba dividida verticalmente en dos mitades. En la más interior se encontraba una clave que identificaba a cada comerciante, formada por letras (minúsculas, mayúsculas, normales o cursivas), guiones, números y otros signos, lo que es un ejemplo del interés que Ungría mismo dispensaba al secreto y a la confidencialidad en las operaciones económicas. La columna exterior estaba vacía para recibir las anotaciones que fuesen menester.

Por último, la tercera agenda era de menor tamaño y se titulaba “Cartera del Viajante de Comercio”. Ordenada también por localidades (con la misma información que la agenda anterior), en ella únicamente aparecía por cada hoja impar una lista de clientes con sus respectivos domicilios, mientras que la página anterior iba en blanco para escribir notas. Esta patente (concedida al poco de la solicitud) tampoco tuvo una extensa vida burocrática y caducó en 1907 después de haber pagado tan solo la primera anualidad. Aunque la patente no llegó a pasar la práctica administrativa, las listas (clasificadas por gremios y provincias) sí estuvieron puestas a la venta por la agencia y se remitían por correo a los interesados en adquirirlas. En definitiva, lo que Ungría ofertaba con estas “bases de datos” no solo era una información mercantil compuesta de datos fiables, sino principalmente la información sobre la fiabilidad misma (moral y económica) de unos determinados comerciantes y representantes.  

Agustín Ungría solicitó una última patente (nº 116587) a principios de 1930 (pocos meses antes de morir). Con ella pretendía introducir (por diez años) unas mejoras en las envolturas o sobres de papel para el envío de paquetes postales del tipo “impresos”, basándose (según el propio Ungría) en una patente norteamericana (nº 102824) a favor de H. P. Andrews Paper & Co. La novedad consistía en una envoltura de papel plegada de tal manera que su diseño exterior tuviera la apariencia de una carta con su sobre cerrado, pero que en realidad estuviera abierta, de manera que al desplegarse revelara el mensaje (algo parecido a nuestras tarjetas censales y a las notificaciones oficiales o reservadas). De esta manera, se evitaría que el receptor de una circular la rechazase al no estar visible su contenido a primer vista y creer, por tanto, que era una carta.

Autor y editor: Luis Fernando Blázquez Morales.

BIBLIOGRAFÍA

IMÁGENES:
OEPM: marca nº 8697, patentes nº 35660 y nº 53190 (firma)
http://www.geni.com/people/Agust%C3%ADn-Ungr%C3%ADa-Castro/356833173600007030 (retrato)
http://prensahistorica.mcu.es/es/publicaciones/listar_numeros.cmd?busq_idPublicacion=2923 (El Fomento, 1906)
http://www.lahistoriadelapublicidad.com/documentos/fomento_3348.jpg (El Fomento, julio de 1928)
BIBLIOGRAFÍA:
Ungría Castro, Agustín: Los presupuestos del Estado y el clamor nacional; El Fomento Industrial y Mercantil, suplemento a los números 694 y 695, 1910; en: http://prensahistorica.mcu.es/es/publicaciones/listar_numeros.cmd?busq_idPublicacion=1556