Museo Virtual

Joyner, Marjorie Stewart

Producto crecepelos de C. J. Walker
Producto crecepelos de C. J. Walker
Patente estadounidense nº 1.695.515 (Joyner)
Patente estadounidense nº 1.695.515 (Joyner)
Patente estadounidense nº 1.695.515 (Joyner)
Patente estadounidense nº 1.695.515 (Joyner)
Izquierda: patente estadounidense nº 1.695.515. Derecha: patente estadounidense nº 1.716.173 (protector)
Izquierda: patente estadounidense nº 1.695.515. Derecha: patente estadounidense nº 1.716.173 (protector)
Patente estadounidense nº 1.648.239 a favor de Charles Nessler (registrada en 1926)
Patente estadounidense nº 1.648.239 a favor de Charles Nessler (registrada en 1926)
Patente estadounidense nº 1.694.607 concedida a Eugène Suter (1928)
Patente estadounidense nº 1.694.607 concedida a Eugène Suter (1928)
Izquierda: máquina de hacer permanentes de Isidoro Calvete (1923). Derecha: patente española nº 98508 concedida en 1926 a Suter para los calentadores eléctricos inventados por Calvete
Izquierda: máquina de hacer permanentes de Isidoro Calvete (1923). Derecha: patente española nº 98508 concedida en 1926 a Suter para los calentadores eléctricos inventados por Calvete
Salón de belleza C. J. Walker
Salón de belleza C. J. Walker
Satin Tress
Satin Tress

Joyner, Marjorie Stewart (1896-1994). Esteticista, empresaria, inventora, activista y filántropa estadounidense. Nació en Monterey (Virginia), hija de un maestro y un ama de casa descendientes de esclavos. En 1904, la familia Stewart se trasladó a Dayton (Ohio), pero los padres se divorciaron poco después. En 1912, Marjorie marchó a vivir a Chicago (Illinois), junto a su madre. Allí se empleó de limpiadora y camarera, a la vez que asistía a clases de secundaria en el Instituto Englewood, donde no pudo acabar los estudios (aunque recibiría el título en 1935).

No obstante, en 1916, se convirtió en la primera persona de raza negra que se graduaba en la prestigiosa academia de belleza y cosmética fundada (en 1893) por el barbero Arthur Bass Moler (1866-?). Además, ese mismo año, contrajo matrimonio con el estudiante de podología Robert E. Joyner (adquiriendo así el apellido de su marido) y abría un pequeño salón de belleza en el barrio de South Side. Pronto se hizo muy apreciada entre sus clientas blancas gracias a su habilidad con la “onda Marcel”, un rizo plano y ondulado muy en boga durante la “Belle Époque”, obra del revolucionario peluquero francés Marcel Grateau (1852-1936), inventor de las tenacillas para ensortijar el cabello (en la década de 1870).

Pero aquel peinado era difícil de conformar en el pelo de las mujeres negras, por lo que Marjorie Joyner decidió tomar clases de Sarah Breedlove (1867-1919), más conocida como “Madam C. J. Walker”, empresaria y filántropa afroamericana (así como activista por los derechos civiles), cuya línea propia de productos de belleza y peluquería específicos para las mujeres de su raza le había proporcionado una enorme fortuna, consiguiendo ser la primera mujer negra en hacerse millonaria y logrando al mismo tiempo que muchas afroamericanas se liberasen de sus complejos físicos y aceptaran, con la misma naturalidad como las mujeres blancas lo aceptaban, el derecho a sentirse hermosas. 

En 1919, Joyner entraba a trabajar en Madam C. J. Walker Manufacturing Company (creada en 1910 en Indianápolis), dentro del equipo encargado de hacer demostraciones por todo el país enseñando técnicas de peluquería en la cadena de 200 salones-escuelas de belleza que Walker había emprendido a modo de franquicias y que permitieron a muchas afroamericanas encontrar una ocupación distinta a la de sirvienta o jornalera.

Tras el fallecimiento de Walker, Joyner se convirtió en vice presidenta de la empresa con la función de supervisora nacional de la cadena de establecimientos. Renovó el sistema de presentaciones de las estilistas. Las hizo ir casa por casa, uniformadas y acompañadas de una cartera con mucha variedad de productos para que las clientas los probaran en sus hogares.  En 1924, Joyner había adquirido tales conocimientos en cosmética que ayudó a la administración estatal en la redacción de las primeras leyes de Illinois que regulaban los tratamientos de belleza.

En 1926, se propuso resolver un problema práctico que afectaba al peinado de las afroamericanas, cuyo pelo rizado era muy difícil de alisar. Para ello, se veían obligadas a calentar una tenacilla y aplicársela en una determinada sección del cabello, por lo que el proceso era lento, incómodo y no muy eficaz. Lo mismo ocurría cuando se trataba de ondularlo y conseguir la permanente. Joyner encontró la solución mientras preparaba un asado de carne en el que había introducido unos alfileres de papel para acelerar el tiempo de cocción y mantener la carne unida. Entonces se preguntó si era posible crear algún dispositivo donde varias tenacillas funcionaran de manera simultánea.

Así que Joyner probó entre sus clientas con 16 varillas de caña (parecidas a lápices) que estaban enganchadas mediante cables a una vieja campana secadora conectada a la electricidad como fuente de calor y colgaban prendidas a la vez en diferentes áreas del cabello para ondularlo o alisarlo. Joyner comprobó que con este procedimiento las permanentes duraban varios días e incluso semanas. Sin embargo, la clientela se quejaba de que el exceso de calor llegaba a chamuscarles el cuero cabelludo, por lo que el aparato tuvo que perfeccionarse añadiéndole un protector para la cabeza.

En 1928, Joyner registró su máquina de hacer permanentes a través de la patente nº 1.693.515 y un año después lo hacía con el protector (patente nº 1.716.713). No obstante, en sentido estricto, Joyner no puede ser considerada la inventora de este tipo de aparatos, ya que otros ya habían creado máquinas similares con anterioridad. Fue el caso de Charles Nessler (1872-1951), peluquero de origen alemán afincado en Londres y Nueva York, que obtuvo entre 1909 y 1928 varios certificados en Suiza, Austria y EEUU a favor de aparatos de hacer permanentes. A diferencia del sistema de Joyner, el de Nessler empleaba componentes químicos, pero llegó a ser muy popular en Reino Unido, Francia y EEUU, por lo que resulta probable que la afroamericana lo conociese.

Asimismo, Eugène François Suter, peluquero suizo residente en Londres, registró en 1925 una patente británica y otra estadounidense a favor de un aparato para ondular o rizar el cabello mediante pequeños calentadores eléctricos que llevaban dos bobinados dentro de un tubo de aluminio que actuaban por separado en las puntas y las raíces del pelo. Pero este sistema había sido inventado en 1917 por Isidoro Bibiano Calvete Canaluche (1886-1965), un electricista navarro que había emigrado a Londres (naturalizándose británico en 1926) y al que Suter había acudido para que le solventara dificultades técnicas. Suter comercializó el aparato con gran éxito, pero sin reconocer la autoría del español, que a su vez lo fabricó bajo la marca de su propia empresa, Icall Limited.

Por otro lado, Marjorie Joyner tampoco fue la primera afroamericana que patentó un invento, tal y como aparece consignado en algunas fuentes. Dicho honor le corresponde a Sarah E. Goode (1855-1905), autora de una cama-gabinete por la que recibió en 1885 la patente nº 322127. Otros casos igualmente anteriores a Joyner (de 1888 y 1892) fueron el de Miriam E. Benjamin (1861-1947), que diseñó una silla de hotel para avisar al servicio (patente nº 386289), y el de Sarah Boone (1841-1904), inventora de una tabla de planchar de forma curva (pat. nº 473653).

Joyner cedió a C. J. Walker la propiedad de sus dos inventos a cambio de un simbólico dólar, por lo que no tuvo beneficios económicos directos de los mismos, a pesar de que las máquinas disfrutaron de una buena acogida en el mercado (sin preferencias raciales), ya que permitían hacer fácilmente la onda Marcel, suavizar los pliegues de cabellos fuertemente curvos y crear una gran variedad de estilos de rizados. Con todo, Joyner continuó creando para su empresa numerosos productos cosméticos, destacando “Satin Tress” (1949), un alisador del pelo. Además, ella misma fue una estilista muy valorada y trabajó para las principales cantantes afroamericanas (Ethel Waters, Marian Anderson, Josephine Baker o Billie Holiday). Joyner se jubiló en 1969, tras cincuenta años de servicio en C. J. Walker. Para entonces había formado a unas 15000 estilistas a quienes inculcó el orgullo hacia su trabajo.

Dotada de un gran talento organizativo y una tenacidad incombustible, Marjorie Joyner tuvo una vida política muy notoria, especialmente en Chicago, donde fue una respetada e influyente líder de la comunidad negra. Sirvió al Partido Demócrata (desde la década de 1930) y, sobre todo, fue una activista del Movimiento por los Derechos Civiles para la población afro estadounidense. En dicha ciudad, en 1929, organizó la primera edición del “Bud Billiken”, un desfile festivo (protagonizado inicialmente por muchachos negros) que Joyner presidiría sin interrupción hasta 1979, convirtiéndolo en un acontecimiento social y mediático a nivel nacional.

En 1931, ayudó a establecer la Iglesia Cosmopolita de la Comunidad, una congregación no confesional en la que permaneció de por vida. Durante los difíciles años del “New Deal” (1933-1938), colaboró con la demócrata Eleanor Roosevelt (1884-1962), Primera Dama (1933-1945) y firme defensora de los derechos civiles, asesorando a varias agencias del gobierno acerca de cuestiones raciales. En 1935, participó en la fundación del Consejo Nacional de Mujeres Negras (NCNW en sus siglas inglesas), organización creada por la educadora y activista Mary McLeod Bethune (1875-1955) con el fin de aumentar las oportunidades y la calidad de vida de las afroamericanas.

En 1944, el presidente Franklin D. Roosevelt (1882-1945) puso a Joyner al mando de la división femenina del Comité Nacional Demócrata de la campaña electoral de aquel año. En 1945, The Chicago Defender, el principal periódico afroamericano de la ciudad, nombró a Joyner al frente de su recién creado organismo benéfico con el objetivo de gestionar la distribución de dinero, comida y ropa entre los más desfavorecidos, así como de organizar la recaudación de  fondos y las campañas para obtenerlos. Aquel mismo año, en colaboración con Bethune y el congresista demócrata William L. Dawson (1886-1970), promocionó la creación de dos asociaciones profesionales afroamericanas: la Hermandad y Fraternidad Alpha Chi Pi Omega, para estudiantes de estilismo y donde Joyner desempeñó la supervisión, y la Asociación Unida de Propietarios y Profesores de Escuelas de Belleza (UBSOTA en sus siglas inglesas), de la que fue su presidenta hasta el final de su vida.

Estas asociaciones tenían como propósitos ayudar a encontrar salidas laborales a los afroamericanos de ambos sexos, dignificar a las propietarias negras de los salones de belleza, elevar los estándares de excelencia entre los proveedores de la industria del estilismo y concertar esfuerzos entre todos los agentes de la comunidad negra que estaban involucrados en el sector y que, debido al segregacionismo todavía presente en el país, se les negaba el ingreso en asociaciones comerciales blancas. Asimismo, estas asociaciones sirvieron para recaudar fondos destinados a universidades con estudiantes negros.

Pero no se trataba solo de aspiraciones meramente corporativas. También se buscaba crear una red de esteticistas, profesionales de la peluquería, propietarios de salones, directores y docentes de academias de belleza que proyectara una imagen influyente y positiva, elegante y sofisticada, de la sociedad y cultura negras. A este respecto, Joyner organizó diversas giras internacionales: Haití (1952), Europa (1954 y 1956) o África Occidental (a principios de la década de 1960).

En 1961, recibió un doctorado honorario en Humanidades por la Universidad Bethune-Cookman de Daytona Beach (Florida), donde se graduaría en Psicología más tarde, en 1973, a los 77 años de edad. En 1987, el Instituto Smithsonian de Washington la homenajeó con una exposición sobre su máquina de hacer permanentes y con una réplica de su viejo salón de belleza del South Side. En 1990, Joyner fue distinguida por el NCNW y la ciudad de Chicago, donde fallecería cuatro años después a la provecta edad de 98, a consecuencia de un fallo cardíaco.

Su visibilidad como líder afroamericana no libró a Joyner, desde luego, a la hora de sufrir las injusticias de la segregación racial. A propósito de Rosa Parks (1913-2005), la activista negra cuyo gesto de desobediencia en un autobús marcó en 1955 un antes y un después en la lucha por los derechos civiles, Joyner relató a un periodista una macabra anécdota. Durante un viaje en tren, el personal del ferrocarril le prohibió el acceso a los vagones solo para blancos. Como los asientos para negros estaban ocupados, Joyner tuvo que viajar en el vagón de equipajes, asimismo completamente lleno. Allí se acomodó lo mejor que pudo apoyando los pies sobre lo que creyó ser un simple caja alargada. Más tarde, se daría cuenta horrorizada de que se trataba de un ataúd que llevaba a su inquilino en el interior. 

Autora: Ana Cosculluela Bajén
Editor: Luis Fernando Blázquez Morales

Última edición: enero de 2018

BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA:
Smith, Jessie Carney (ed.): Notable Black American Women Encyclopedia, II; Detroit, Gale Researc Inc., 1996; en: https://books.google.es/books?id=ssMBzqrUpjwC&dq=Marjorie+Joyner+1896+1994&hl=es&source=gbs_navlinks_s
IMÁGENES:
OEPM: patente nº 98508
USPTO: patentes nº 1.693.515, nº 1.716.173 (firma), nº 1.648.239, nº 1.694.607
Museo Nacional de Historia Americana: retrato, salón de belleza, Joyner y Bethune (http://americanhistory.si.edu/american-enterprise-exhibition/new-perspectives/black-main-street/marjorie-stewart-joyner)
Museo Nacional de Historia y Cultura Afro Americana: crecepelos (https://nmaahc.si.edu/sites/default/files/files/images/blog/madame-cj-walker.jpg)
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Icall_Machine_1920.jpg (máquina fabricada por Calvete)
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Madam_C_J_Walker_items_Womens_Museum.jpg (Satin Tress)