Sánchez Moreno, Mónico (1880-1961). Ingeniero eléctrico, inventor y empresario español. Natural de Piedrabuena (Ciudad Real), Mónico Sánchez era hijo de un humilde fabricante local de tejas y de una lavandera. Acudió a la escuela elemental de su población, cuyas limitadas oportunidades socioeconómicas (centradas en la agricultura y en un mayoritario analfabetismo) le condujeron con sólo 14 años de edad a buscar un mejor horizonte en Fuente del Fresno (Ciudad Real), donde se empleó como chico de los recados. De allí pasó a San Clemente (Cuenca), como dependiente de una tienda, y llegó a tener su propio negocio (un bazar) que vendió para instalarse en Madrid (1899). En la capital, estudió ingeniería eléctrica por correspondencia a través de un instituto londinense y sin conocimientos previos del idioma inglés.

En 1904, animado por Jospeh Wetzler, su profesor británico, Sánchez emigró a Nueva York con sólo 60 dólares y la intención de ampliar sus estudios. Gracias a las recomendaciones de Wetzler, consiguió un trabajo de delineante y luego de oficial electricista, a la vez que compaginaba su formación en el Instituto de Ingenieros Electricistas de Nueva York, graduándose en junio de 1907. En seguida, fue contratado por Foote Pierson Co., fabricante de equipos de telegrafía, y completó su aprendizaje en la Universidad de Columbia investigando en condensadores y bobinas de inducción. Asimismo, en noviembre de ese año, obtuvo una patente española (nº 41887) a favor de un perfeccionamiento del puente de Wheatstone (un circuito eléctrico para medir resistencias).

En 1908, era contratado como ingeniero jefe de Van Houten & Ten Broeck Co., firma especializada en electromedicina. En 1909, Sánchez inventó un aparato portátil de rayos X, de apenas 10 kilos de peso (frente a los 400 kilos de los habituales), transportable en una maleta, gracias a su transformador de 7 megaherzios (en lugar de los 50 Mhz), lo que reducía considerablemente la cantidad de hierro; el equipo producía corriente de alto voltaje (100000 V) tanto alterna como contínua, de alta frecuencia y bajo potencial, aplicable a otros usos (cauterización, telegrafía inalámbrica, alumbrado), con un uso muy sencillo y económico. Todo ello favorecía a los médicos acudir al lugar donde estuviera el paciente, evitándole riesgos y molestias. Ese año, el inventor y empresario Archie Frederick Collins (1869-1952) compró por medio millón de dólares la máquina de Sánchez y le nombró ingeniero jefe de su propia empresa, la Collins Wireless Telephone Co. (CWTC), domiciliada en New Jersey y refundada como Continental Wireless Telephone and Telegraph Co. Con todo, entre octubre de 1909 y julio de 1911, Sánchez protegió su invento mediante tres patentes españolas (nº 46537, nº 49075 y nº 51029), haciendo lo mismo en Gran Bretaña (nº 24143 de 1910) y en Francia (nº 422168 de 1911). Además, el aparato fue presentado con gran éxito en la III Exposición de la Electricidad de Nueva York (1909) y en el V Congreso de Electromedicina y Electroterapia de Barcelona (1910).

En la nueva empresa, Sánchez también se ocupó de perfeccionar el sistema de telefonía inalámbrica que Collins había patentado en 1906. Aunque los teléfonos Collins podían transmitir a 130 km de distancia con bastante calidad de sonido, tenían el problema de que se incediaban a los 15 minutos de un uso continuado. Sánchez no pudo solucionar el inconveniente. Sin embargo, Collins emprendió una campaña de financiación, argumentada desde la adecuada y demostrada operatividad de los teléfonos en coches, trenes y barcos, lo que se reveló completamente fraudulento. Antes de que Collins y varios socios suyos fueran procesados por estafa (1911), Sánchez abandonó la empresa y se instaló por cuenta propia constituyendo Electrical Sanchez Co. en Nueva York.

En 1912, retornó a España y fundó en Barcelona European Electric Sánchez Company S. en C. con el objetivo de fabricar y comercializar los equipos radiológicos portátiles, pero también de llevar el progreso (agua potable, energía eléctrica, cine, formación profesional) a Piedrabuena, su pueblo natal, que pasó de vivir en una economía atrasada a ser uno de los centros europeos punteros en investigación radiológica gracias a la construcción del Laboratorio Eléctrico Sánchez, de 3500 m² y dotado con técnicos alemanes. En 1914, vendió al ejército francés en guerra 60 unidades portátiles de rayos X para las ambulancias de campaña que fueron muy valorados por la propia Marie Curie (1867-1934), descubridora de la radioactividad y doble Premio Nobel (1903 y 1911). Asimismo, muchos de esos aparatos estuvieron empleados por todo el mundo en la enseñanza de la medicina. En Piedrabuena, también se construyeron (diseñados por Sánchez) generadores de corriente, aparatos de onda corta, tubos de descarga, lámparas de alta frecuencia, luces de neón, ionizadores de ozono, instrumental radiológico, electrodos terapéuticos y bisturíes eléctricos.

Sánchez recibió numerosos reconocimientos y premios: Exposición de Aplicaciones de la Electricidad (Madrid, 1910); Congreso Odontológico de Madrid (1911); Premio del Fomento del Trabajo Nacional (1913); Medalla de Oro de Ciudad Real (1914); I Congreso de Medicina (Madrid, 1919); Congreso Nacional de Ciencias Médicas (Sevilla, 1924); Exposición Internacional de Barcelona (1929); Exposición Internacional de Sanidad (Madrid, 1933). En 1932, recibió el doctorado honoris causa en Ciencias Electrotécnicas por la Escuela Libre de Ingeniería de Río de Janeiro (Brasil). En 1935, fue elegido presidente de la Cámara de Comercio de Ciudad Real.

Durante la Guerra Civil, milicianos republicanos incautaron su laboratorio y sus bienes, por lo que se desplazó a Valencia. Tras la victoria franquista, estuvo investigado a causa de la muerte de un colaborador suyo. Aunque salió libre de cargos, su patrimonio se encontraba muy mermado, a lo que se añadía la escasez de materias primas, la férrea autarquía y el aislamiento internacional del país que limitaban duramente las importaciones. En 1946, firmó acuerdos comerciales en Portugal, EE.UU. y Cuba, pero las políticas restrictivas españolas impidieron la importación de bienes y materiales. La empresa de electrotecnia fue languideciendo. Mónico Sánchez falleció en Piedrabuena con 80 años de edad.

Autor y editor: Luis Fernando Blázquez Morales