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IG Farbenindustrie AG

Jefes de IG Farben procesados en Nürnberg
Jefes de IG Farben procesados en Nürnberg
Patente nº 135691
Patente nº 135691
Patente nº 141576
Patente nº 141576
IG Farbenindustrie AG. Consorcio industrial creado en 1925 en Frankfurt por las principales compañías químicas alemanas: Badische Anilin & Soda-Fabrik (BASF), Bayer AG, Aktien-Gesellschaft für Anilin-Fabrikation (AGFA), Farbwerke Hoechst AG, Weiler-ter-Meer y Chemische Fabrik Griesheim-Elektron. Anteriormente (1904 y 1916), algunas ya realizaron alianzas. Pero tras la Iª Guerra Mundial, la industria química alemana había perdido el liderazgo mundial. Para recuperarlo, apareció IG Farben, el mayor fabricante químico de su tiempo. Los protagonistas de la operación fueron Carl Duisberg (1861-1935), de Bayer, y Carl Bosch (1874-1940) y Hermann Schmitz (1881-1960), ambos de BASF. El talento empresarial de este último trajo financiación desde Wall Street (Nueva York). BASF, Bayer y Hoechst participaron mayoritariamente en el capital (646 millones de marcos) con un 27,4 % cada una, mientras que AGFA lo hacía con un 9 % y Griesheim-Elektron y Weiler-ter-Meer con un 6,9 % y un 1,9 % respectivamente. La mano de obra total era de unas 100.000 personas.
 
A diferencia de las pasadas asociaciones, las empresas de IG Farben perdieron su independencia. Fueron reducidas en un solo diseño todas las políticas, aunque las operaciones estaban descentralizadas en cuatro grandes regiones (Alta Renania, Renania Central, Baja Renania, Alemania Central). Con una organización vertical, la producción de la compañía se dividió en cuatro departamentos (colorantes, productos farmacéuticos y pesticidas, fotografía y textil, nitratos), al que se añadió otro en 1927 (hidrocarburos). Los activos tecnológicos aportados por las distintas compañías eran impresionantes. BASF había desarrollado colorantes sintéticos como la alizarina (1869), el azul de metileno (1877), el azul índigo (1880) o el indantreno (1901), procedimientos para producir sustancias como el ácido sulfúrico fumante (1888), el cloro líquido (1888), el ácido ftálico (1892), el amoniaco (1913), la urea (1922) y el metanol (1923), además del primer material surfactante (1916) y del método de lecho fluido para generar calor (1921); Bayer y Hoechst medicamentos como la antipirina (1883), el antiserum (1891), la aspirina (1897), la adrenalina (1904), la novocaína (1905), el salvarsán (1909) o la insulina (1922); AGFA el material fotográfico “Rodinal” (1891) y la placa a color (1916); Griesheim-Elektron la electrolisis del cloro-álcali (1884), el soplete de corte por hidrógeno-oxígeno (1903), la aleación Elektron (1908), el colorante Naftol o el acetato de polivinilo (1912) y Weiler-ter-Meer anilinas (1861) y pigmentos basados en óxido de hierro (1925).
 
Además, Farben contó entre sus filas a científicos e ingenieros de gran valía. Tuvo dos premios Nobel: el propio Carl Bosch en Química (1931) y Gerhard Domagk (1895-1964) en Medicina (1939). También destacaron Alwin Mittasch (1869-1953), Fritz Günther (1877-1957), Matthias Pier (1882-1965), Fritz Winkler (1888-1950), Walter Reppe (1892-1969), Otto Bayer (1905-1982) y Felix Hoffmann (1868-1946), el descubridor de la aspirina. Los presidentes de Farben fueron Carl Bosch (hasta 1935) y Hermann Schmitz (hasta 1945).
 
Al inicio, se cerraron fábricas para incrementar la concentración y reducir costes productivos, con una progresiva mengua de la mano de obra (hasta unos 85000 en 1929). Pronto ingresaron otras compañías alemanas (de explosivos y municiones), fueron creadas filiales en Suiza (1928) y EE.UU. (1929), y se alcanzaron acuerdos con la petroquímica norteamericana Standard Oil Co. (1927), con fabricantes franco-suizos de tintes (1929) y con la británica Imperial Chemical Industries Ltd. (1929 y 1935). Para 1928, Farben ya representaba el 2 % del PIB alemán (estimado en 150.000 millones de marcos).
 
Farben fue pionera en la industria del plástico. Sus ingenieros dirigidos por Reppe (de BASF) lograron la catálisis del acetileno (1928) y la síntesis del estireno (1929), determinantes para producir los primeros plásticos como los polímeros acrílicos (1929), indispensables luego en las fibras sintéticas, y también el poliestireno o “corcho blanco” (1930), el policloruro de vinilo o PVC (1931), el polietileno (1937) o la caprolactama (1940), además de los cauchos sintéticos “Buna” (1929) y “Perbunan” (1934) o la goma isoleno para neumáticos (1931). Se descubrieron sustancias adhesivas como el “Kaurit” (1931), base del contrachapado, o el éter de polivinilo (1934), también el fertilizante “Nitrophoska” (1926), el primer anticongelante para automóviles (1929), la primera cinta magnetofónica (1934) o el butynediol (1941), un ingrediente de herbicidas. Asimismo fueron muy importantes avances en medicamentos, como la sulfonamida (1932), el primer medicamento antimicrobiano, la povidona (1939), primer sustituto del plasma sanguíneo, el analgésico petidina (1937) y la metadona (1939). Igualmente, destacaron las investigaciones para conseguir gasolina a partir del carbón licuado a altas presiones (1927), según el proceso descubierto y patentado en 1913 por Friedrich Bergius (1884-1949) y adquirido por Schmitz en 1925.
 
Farben llegó a ser muy influyente en la política de la República de Weimar. Varios de sus directivos fueron diputados o ministros de los partidos burgueses (liberal, católico y demócrata). Pero con la llegada del nacionalsocialismo (1933), la adhesión de Farben al nuevo régimen fue completa. Sus investigaciones en combustibles sintéticos encajaban en los planes hitlerianos de hacer de Alemania una potencia completamente autosuficiente. Farben financió diversas organizaciones nazis y la propia campaña electoral de Hitler, llegando a acuerdos con él para producir los nuevos combustibles y también gomas artificiales. La empresa se nazificó rápidamente. Para 1936, un tercio de sus ejecutivos militaba en el partido nacionalsocialista y dos años después lo eran prácticamente todos (además de ser racialmente puros). Colaboró muy activamente con el Plan Cuatrienal (1936) enfocado al rearme alemán. Para 1939, participaba en el capital de 380 empresas alemanas y de unas 500 extranjeras.
 
Durante la IIª Guerra Mundial, su compromiso con la industria bélica fue absoluto, llegando a producir el 100 % de la goma sintética de Alemania, el 90 % de los plásticos, el 84 % de los explosivos, el 70 % de la pólvora, el 46 % de la gasolina de alto octanaje para aviones y el 33 % de la gasolina sintética, además del 95 % de los gases venenosos, entre ellos el “Zyklon B”, un pesticida empleado en las cámaras de gas de los campos de exterminio y que llevó a la muerte a 1,2 millones de personas. En ese tiempo, Farben se había hecho con diversas fábricas de nitratos, explosivos, combustibles y pigmentos en países ocupados (Austria, Checoslovaquia, Polonia y Francia). Además, el reclutamiento de trabajadores alemanes obligó a Farben a emplear numerosa mano de obra esclava, al menos unos 50000 entre civiles extranjeros, presos políticos, prisioneros de guerra y judíos. En los propios campos de exterminio, fueron creados establecimientos industriales. Desgraciadamente célebre fue la planta “Buna” de Auschwitz, dedicada a fabricar goma sintética y en la que murieron entre 10000 y 25000 prisioneros. En 1943, las ganancias de Farben eran de 3100 millones de marcos. Aunque al final del conflicto éstas habían descendido mucho (145,4 millones), los activos totales valían 7000 millones de marcos.
 
Tras la guerra, Farben fue disuelta por los aliados y sus directivos conducidos ante el Tribunal de Nürnberg y condenados a prisión. No obstante, las empresas integrantes de Farben continuaron activas para atender necesidades urgentes de la población. En 1951 fueron refundadas como empresas independientes Bayer y Hoechst, que absorbió a Griesheim-Elektron, mientras que un año después lo hacían BASF, AGFA y Weiler-ter-Meer (las dos últimas como subsidiarias de Bayer). En 1955, tras un acuerdo entre la República Federal Alemana y la Alta Comisión Aliada, era fundada IG Farbenindustrie AG in Liquidation, con dos objetivos: reclamar sus activos en el extranjero (incluidos los de Alemania Oriental) y hacer frente a deudas e indemnizaciones (unos 30 millones de marcos en 1957). Sus acciones cotizaron en bolsa y en 1994 tenía un capital de 160 millones de marcos. Pero sucesivas reclamaciones de víctimas del nazismo la llevaron a la insolvencia (2003).
Autor: Juan Luis Delgado Macías
Editor: Luis Fernando Blázquez Morales

BIBLIOGRAFÍA

VV.AA.: I. G. Farben. The International Farben Cartel; en: http://www.bibliotecapleyades.net/esp_sociopol_igfarben.htm
BAPTISTA, Robert J. y TRAVIS, I.G. Farben in America: The technologies of General Aniline & Film; en: http://www.colorantshistory.org/IGFarbenAmerica.html
IMÁGENES:
OEPM
http://www.tu-chemnitz.de/fsr-chemie/img/ausstellung/logoigfarben.jpg
http://www.bufata-chemie.de/reader/ig_farben/pics/5-3-2_01_igbosse.jpg (jefes de Farben)